Spring

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Primavera en Mannheim, Alemania. Paisaje fotografiado y editado por mí.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Trascender

Mis queridos amigos y lectores, le ha llegado el turno a la entrada de Diciembre, que hace casi un mes vengo estructurando en mi cabeza. Como siempre, empiezo agradeciendo a todos aquellos que se toman el tiempo de leer y/o de comentarme. Para los que se pasan pero que aún no se animan a dejar un comentario, los invito a escribirme :). Sus opiniones, palabras de ánimo, o el simple hecho de saber que están allí me animan a seguir adelante.

Para esta ocasión me gustaría mostrarles dos de mis pinturas favoritas, ejecutadas a manos de los pintores italianos Michelangelo Merisi da Caravaggio, un gran exponente del Barroco,  y Guido Reni, de la escuela Boloñesa. Ambos pintores, como es bien conocido de la pintura italiana, presentan esa fuerte tendencia a la representación de temas y personajes del catolicismo.

La primera obra que les comparto es el Juan Bautista de Caravaggio. Sí, de nuevo Juan Bautista (no sea que piense que tengo algo en su contra en este blog). Esta pintura es particularmente de mi agrado por el esquema de colores que maneja. El fondo otoñal se mezcla perfectamente con el rojo de los ropajes y con el cabello de Juan. Adicionalmente, la pintura desprende un aire de melancolía y tristeza que la hace bastante atractiva. Es casi como si hubiésemos sorprendido a Juan llorando y este hubiera apartado ligeramente avergonzado la mirada, verdad? Algo que me gusta mucho también de ésta obra es la fragilidad que insinúa con el juego de luz y sombras, dándole a la piel ese aspecto suave, con la contextura delgada del personaje y su apariencia decididamente juvenil y ligeramente devastada.

John the Baptist, Michelangelo Merisi da Caravaggio, 1604. Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City.

Juan Bautista fue, de hecho, objeto de aproximadamente ocho pinturas de Caravaggio. En todas ellas se presenta a un muchacho (lo que se aleja de la tradición de pintar a este personaje como un hombre maduro) melancólico y solitario. Los fondos son siempre paisajes ensombrecidos, en donde el juego de la luz con la sombra toma un papel fundamental. Adicionalmente, se puede reconocer a Juan Bautista por el uso de elementos primarios como lo son el bastón, la piel de camello y el manto rojo que apenas logran cubrirlo. En muchas ocasiones lo acompaña también un cordero.

La segunda obra se trata de San Sebastian de Guido Reni. Este santo, al igual que el Juan Bautista de Caravaggio, fue pintado en varias ocasiones por el mismo pintor. San Sebastian fue un soldado romano condenado a morir por flechas por defender su fe. San Irene lo libera mientras aún está vivo y cura sus heridas. Fue un santo muy popular debido a que se le atribuía el poder de detener epidemias. La composición de la pintura es siempre la misma: el santo se encuentra amarrado a un tronco, mirando hacia el cielo, como quien entrega su vida a las manos de Dios, mientras múltiples flechas atraviesan su cuerpo.

The martyrdom of Saint Sebastian, Guido Reni, 1616. Boston Athenaeum Gallery.

Un pobre soldado en su instante de martirio. Pero apuesto a que ustedes, así como yo, han notado algo. Para una pintura en donde un soldado está siendo ejecutado el personaje luce demasiado… sensual. Nos encontramos con un jovencito apuesto, amarrado de las muñecas, apenas cubierto por un trapo, que mira hacia el cielo con una expresión de muchas cosas, menos de agonía. Esto es porque, en una época en donde el homosexualismo no estaba bien visto, no había nada más conveniente que excusarse en temas religiosos para explotar el desnudo y la sensualidad masculinas, y esto es algo a lo que Reni recurre a lo largo y ancho de su obra, las cual les invito a apreciar.

Tras la presentación de estas dos pinturas les comparto, como de costumbre, uno de mis poemas, que lleva el mismo título que esta entrada. Este escrito es parte de mi último poemario titulado “Borrascas Universales”, así que está recién salido del horno :). Aquí, como en muchos otros poemas, exploto el concepto de “el Rey”. Espero que lo disfruten y me dejen saber qué piensan al respecto.
Trascender

Soy solo yo quien tiene acceso
a las cumbres inexpugnables
sobre las que se asienta tu cabeza.
Allí en donde las águilas
construyeron su reino
y sus tronos de piedra,
allí en donde la luz de las estrellas
descendió por vez primera
y besó los dedos extendidos
de la tierra.

Cada pico es más helado
que aquel al cual sucede.
Cada uno añora más
el inconcebible toque
de los cuerpos que se
cobijan en el corazón de la galaxia.

Allí, sobre esas cimas blancas,
he visto tejerse como racimos escarchados
los pensamientos del reino
de los hombres sabios,
el corazón tibio de la valentía,
y los ojos negros de los pájaros
que han divisado la altura divina de dios.

Así pues, seré yo,
que he visto cómo te perfilas
envestido por los siglos,
quien levante el peso de la corona de los años,
el cetro del regente que ejecuta la sentencia
y el orbe de este mundo que fue amado por tus ojos;
para que a ti solo te corresponda adornarte con los lujos
cincelados noche a noche por las mareas del mundo,
por los cuentos de las viejas
y La Traviata de las olas.
_______________________________
Estefanía Figueroa Buitrago 

Cierro con la hermosísima canción “Candle in the Night” de la banda turca Almöra, una de los mejores proyectos de metal sinfónico con los que he tenido la suerte de toparme. Su propuesta es diferente e innovadora y les ha ganado un lugar muy alto entre la música turca. Espero que les guste tanto como a mí.



Les deseo a todos para estas épocas decembrinas muchas alegrías. Nos estaremos leyendo pronto, pues espero hacer otra actualización antes que termine el año!

6 comentarios:

  1. Me parece muy interesante la forma en la que lees las pinturas de las que hablas. Aunque no soy un hombre religioso debo aceptar que me encantan las pinturas religiosas debido a toda la intensidad que los artistas depositan en estas. La fe en realidad creo que aumenta el detalle, la pasión y la energía en las obras. De Caravaggio debo decir que me gusta la técnica, la majestuosidad con la que trabajó el color y la luz, los detalles de la piel son impresionantes, sin embargo mi visión del arte solo llega hasta ahí; hasta reconocer la belleza.

    En cuanto a tu escrito, como siempre me gusta... me gusta como escribís.

    Espero tu próxima entrada. ;)

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    1. En parte también es porque los artistas buscan que lo divino inspire el respeto, la inocencia y la perfección en el espectador, eso hace que jueguen mucho con las texturas de los materiales, con la sensación que inspira la piel, con los objetos y los juegos de luz y sombras, entre otras muchísimas cuestiones, incluso más técnicas, como el manejo de la perspectiva.

      Realmente creo que no hay que ser un experto en arte para poder hacer un análisis interesante de una obra. Después de todo, estamos hablando de las sensaciones y los sentimientos despertados en nosotros, si bien es cierto que este tipo de cosas vienen influenciadas por el acercamiento que tenemos respecto al personaje, al autor, al estilo o al tema, y esto claramente se fundamenta en un cierto conocimiento previo, sin que el no poseerlo nos imposibilite en absoluto.

      Muchas gracias por tu comentario. También me gusta como escribes.
      Estefanía.

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  2. Estefanía, reaparezco después de casi seis meses de haber abandonado forzosamente el mundo de la poesía, pero me alegra ser bienvenida de nuevo con tu espléndido imaginario.
    Me encantan las pinturas que compartes, pues no solo son grandiosas desde el sentido estético, sino por el enigma que suponen y la variabilidad de interpretaciones a las cuales se someten. Es casi un juego: solo ellas saben que quieren trasmitir y el espectador intenta todo por adivinarlo.
    Ambos pintores rompen el paradigma de que la santidad está desligada de la sensualidad y el deseo. Un perspectiva muy interestante...
    El poema es espectacular, la temática del rey la vienes manejando desde hace mucho de una manera magistral, pues a pesar de ser consistente no es repetitiva. Creo que tu poema trasciende el título y se enlaza con los albores de la leyenda, el mito, la religión y el enigma.

    Un abrazo grandote y un beso.

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    1. Y yo igualmente reaparezco después de mucho tiempo a dejar la respuesta a tu comentario. Tal como tú lo mencionas (y hablando de ello, justo ahora estoy preparando una nueva entrada que explota lo que es la sensualidad en la divinidad), creo que el efecto cuando se humaniza un poco la santidad desde el punto de vista de la seducción es increíblemente interesante. En parte, esto habla por los deseos y las pasiones ocultas de quienes ejecutan las obras y que ven en el escudo de lo divino una oportunidad para evadir el karma de expresar lo que realmente sienten, lo que es el caso aquí.

      Me alegra que el poema haya sido de tu gusto. Realmente me preocupa encasillarme demasiado en ciertos temas o conceptos, por lo que recibo muy bien tu apreciación. Hazme saber, por favor, si alguna vez me estoy estancando.

      Un beso,
      Tefa

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  3. Me complace sobre manera que hayas aparecido nuevamente en escena; sobre Caravaggio acotare que es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco y uno de los grandes exponentes de la técnica del claroscuro y que en Juan el Bautista, al igual que muchas de sus pinturas con temas bíblicos o religiosos, utilizó un realismo que insinuaba el naturalismo temprano. Utilizó modelos entre la gente de más baja condición (prostitutas, chicos de la calle o mendigos), en lugar de bellas figuras etéreas para representar los actos y personajes de la Biblia. Quiso el autor con esta especie de vulgarización de la religión, a propósito, generar controversia entre la línea de la contrarreforma que se extendía por la Italia católica y la austeridad pregonada por el protestantismo. Esto solo Caravaggio lo supo, lo demás son meras especulaciones.
    Guido Reni, casi contemporáneo con Caravaggio, otro de los representantes del arte barroco clásico, cultivador y protagonista del Clasicismo implantado en Bolonia por los Carracci. Su estilo de un colorido vibrante es antitético al tenebrismo de los caravagistas, aunque en el período de 1603 a 1605, deja sentir el influjo de Caravaggio en obras como la crucifixión de San Pedro. Algunas de sus obras, con representaciones religiosas y mitológicas, combinaron los semidesnudos con la sensualidad, cuyas interpretaciones al igual que con Caravaggio, son meras especulaciones.
    Tu poema como todos los demás es espectacular, porque se aleja de la composición básica, arquetípica y simplista, para a partir de un concepto como la trascendencia desarrollar la idea del pensamiento elevado a las cúspides monárquicas, para a través de las figuras literarias, entrelazar lo de arriba con lo de abajo.

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    1. Realmente tengo que pedir un milagro para que me dejes un comentario, pero, cuando el milagro se me cumple, vale absolutamente la pena. También entiendo por qué a ratos no te decides a dejarme tus impresiones, y es porque desarrollas bastante tus ideas, y más que volver sobre lo que he dicho, lo expandes. Muy interesantes y enriquecedores son estos apuntes que compartes sobre los dos artistas que menciono en la entrada. Siempre me ha parecido espectacular el tipo de demostraciones artísticas que generan los contextos históricos. Es algo que no siempre tenemos en cuenta pero que es clave para entender el escenario de fondo sobre el que se levantan los artistas y se desarrollan profesionalmente. Me encanta el hecho de que Caravaggio haya utilizado modelos del día a día para desmitificar un poco la divinidad y demostrar que esta se puede encontrar en el rincón más humilde de nuestro mundo.

      Gracias por tu aporte y tu opinión, significan mucho para mí.
      Tefa.

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